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¿QUÉ TIPO DE LEÑA ELEGIR?

LA LEÑA CORRECTA PARA SU CHIMENEA.

La calidad de su combustible afecta al calor de aportación, duración de la combustión y funcionamiento del aparato.
Las maderas blandas, bajas en calorías, generan combustiones altas y rápidas, mientras que maderas duras, altas en calorías, queman largamente y producen más calorías.

Un buen combustible es imprescindible para el correcto funcionamiento de su chimenea, estufa, barbacoa, etc.
Mostramos una pequeña guía de lo que puedes encontrar y de los diferentes combustibles aptos para cada aparato y necesidad.
Leña para fuego abierto, en una buena estufa cualquier madera arde bien. Sin embargo, para fuegos cerrados, no todas las maderas son apropiadas.

Chispas no deseadas.

La madera de las coníferas no deja salir fácilmente el gas que se forma en el interior del leño. Por tanto puede pasar que el trozo de leña al calentarse, produzca una gran cantidad de gas que finalmente busque el camino hacia el exterior. En esta estrepitosa explosión de gas, se expulsa un gran número de astillas ardientes que a veces pueden llegar a una distancia de varios metros del fuego. Estas chispas pueden resultar peligrosas para las alfombras, muebles y la vestimenta de las personas que están sentadas cerca de la chimenea. Aquellas personas que no deseen prescindir del temperamento de la leña de las coníferas, deberían proteger el área cercana al fuego mediante las rejillas correspondientes. La leña de los abetos produce menos hollín que la madera de pino.
Unas buenas llamas La madera de los árboles frondosos, deja salir con más facilidad el gas que se forma en el interior del leño.
Por tanto se produce con menos frecuencia una expulsión de chispas. Si desea un fuego con mucha luz y que crepite, puede utilizar leña de roble, fresno o acacia. Cuanto más caliente sea el fuego, más rápido se producirá gas en el interior del leño. Si este gas no puede salir, también se producirán expulsiones de chispas en la leña de árboles frondosos.
Debido a que la constitución de la madera de los árboles es tan individual como la constitución de las personas y la naturaleza siempre puede sorprendernos: un fuego abierto debe estar siempre vigilado.

¿Qué leña elegir?

Las diferentes esencias de las maderas tienen poderes caloríficos distintos, y no todas arden de la misma manera; en términos generales, lo mejor es elegir maderas duras, como el roble, el haya, el fresno, el carpe, o los frutales, que producen tanto hermosas hogueras como gran cantidad de brasas, cuya incandescencia además será muy duradera.

¿Cuándo comprar la leña?

La mejor época: agosto, septiembre y octubre.
Su distribuidor de leña, acopia leña en los meses de poda. Cura y seca en sus almacenes durante un periodo de al menos 8 meses la leña que se comercializa para chimeneas en invierno.

Selección de leña para la chimenea

Gracias a su corteza blanca, la madera de abedul es una de las preferidas para la chimenea. Sin embargo,
también hay otros tipos de leña adecuados para hacer fuego en la chimenea.
Para una buena selección, deberá abastecerse de diversos tipos de leña. Un
buen surtido podría ser:

• Madera de abedul por su corteza blanca.
• Madera de haya (o de arce o árboles frutales) por lo que calientan.
• Madera de fresno y de roble por sus llamas vivas y crepitantes.

Todo este proceso natural y logístico, convierten a los meses de agosto, septiembre y octubre en los periodos ideales para acopiar nuestra leña en casa.
Si adquirimos leña en los meses de duro invierno, la leña que compremos estará seca, no será verde, pero puede que nos la sirvan mojada, si resulta un invierno lluvioso.
Apilar millones de kilogramos como almacenan distribuidores de leña y almacenarlos bajo techo durante meses, económicamente es inviable.

El secado natural de la leña al aire y al sol, es la garantía, de obtener un producto libre de humedad y en óptimas condiciones de combustión.
Lo ideal, acopiar en verano como las hormiguitas y consumir en invierno.

¿Cómo se vende?

Por norma general, se comercializa por kilos, por metros cúbicos o envasados en sacos.
Si somos consumidores habituales y tenemos espacio para acopiar, la mejor opción es comprar un par de toneladas, contra más cantidad, el precio será más interesante. Envasada en sacos o retractilada es la mejor opción para consumidores esporádicos o clientes con espacio reducido.

El secado.

Sea cual sea la madera elegida, tiene que estar bien seca; la madera húmeda calienta muchísimo menos, porque gran parte de la energía se emplea en evaporar el agua que contiene; la albura ( así se domina la madera nueva que está justo debajo de la corteza) puede llegar a contener hasta un 75% de agua.
Además, la madera mojada desprende mucho humo y pocas llamas, ensuciando así tanto el hogar como el cristal y la chimenea.
Para favorecer el secado, es muy importante hacer unas hendiduras en los troncos grandes, así como cubrir la leña para abrigarla de la lluvia, pero manteniéndola siempre bien ventilada. En general hay que contar con un mínimo de dos años de secado; en cuanto vaya adquiriendo experiencia aprenderá a calcular el grado de sequedad de los troncos sopesándolos; cuando más secos estén, menos pesarán, y el sonido al golpear un contra otro será mas claro.

Prohibido.

Utilizar maderas que hayan sido sometidas a cualquier tratamiento químico, traviesas de vías férreas, y aglomerados, que ensuciarán rápidamente el hogar y pudieran producir emanaciones tóxicas.

Los resinosos.

Desprenden mucho calor, pero se consumen con rapidez; proyectan las brasas y las resinas que contienen ensucian las chimeneas; evite su utilización.

Tipos de Madera:

El haya, el fresno.
Son leñas más recomendables; de secado rápido y de fácil obtención. Hay que guardarlas bajo algún abrigo inmediatamente después de secadas y rajadas, porque se pudren muy pronto y pierden su poder calorífico.
Son fáciles de prender y ofrecen lumbres dinámicas y de llamas muy luminosas.

El roble
Es un excelente combustible, pero, al contrario que las demás maderas, tienen que estar sin cubrir dos años para que la lluvia arrastre y elimine los taninos que contiene; después, se coloca bajo algún tipo de abrigo otro año o dos antes de utilizarla. La proporción de albura( que arde con demasiada rapidez) en las ramitas pequeñas es importante, pero aparte de eso, el roble es una leña de combustión lenta, que proporciona un fuego tranquilo y buenas brasas. Es ideal para hacer barbacoas y para su utilización en la modalidad de fuego continuo.

El carpe, el cerezo silvestre, los frutales.
Excelentes combustibles, pero raros; producen llamas hermosas, tranquilas y buenas brasas; ideales para barbacoas y para su utilización en la modalidad de fuego continuo.

El abedul, el tilo, el castaño, los chopos, y álamos, la robinia o falsa acacia y la acacia.
Son árboles muy frondosos y de madera tierna; producen llamas bellas y armoniosas, pero vivas y pocas brasas. Arden rápidamente y lo mejor es utilizarlas para avivar el fuego.

ATENCIÓN: los álamos y chopos producen cenizas abundantes y volátiles.
La rebobina ( falsa acacia) y la acacia producen importantes proyecciones de chispas.

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